Reina de los Ángeles


Escrito de inspiración privada por el Ven. Luis Eduardo Cestac †1868, fundador de las Siervas de María, con imprimatur del Vicario Gral. De Buenos Aires, Argentina en 1912.

Fiesta: 2 de agosto

Vi a la Santísima Virgen, quien me dijo, que, efectivamente, los demonios andaban por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ándeles pidiéndole las Legiones Santas para combatir y aplastar a los poderes infernales.

– “Madre mía”, dije, “¿ya que eres tan buena, no podrías enviarlas sin que te lo rogáramos?”

– “No”, respondió la Santísima Virgen, “la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias”

– “Entonces, Madre mía, ¿querrías enseñarme Tú la manera de pedir tu ayuda?”

Y escuché la siguiente oración a María, Reina de los Ángeles:

– “¡Oh, Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles! Ya que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dígnate escuchar benigna las súplicas que humildemente te dirigimos.

Envía las Santas Legiones para que, bajo tus órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios? Santos Ángeles y Arcángeles, defiéndannos y guárdennos.

¡Oh, buena y tierna Madre! Tú serás siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh, divina Madre! Envía los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén”.

Ante el gran combate espiritual que libramos, Dios ha querido proveer por nosotros. Pero debemos rezar si deseamos su ayuda.

El padre Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación.

Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.

No estará por demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces.

La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos. El Papa San Pío X concedió 300 días de indulgencia a quienes la recen.

Fuente: corazones.org

Deja un comentario