Los dones y los frutos del Espíritu Santo


donesdelespiritu1En la teología católica se llaman dones del Espíritu Santo a unas disposiciones fijas que hacen al hombre docil para secundar los impulsos y emociones.

Un don es algo dado por otro libre, gratuita y benévolamente: el mismo Espíritu Santo es mencionado como un don en la liturgía o himnos liturgicos.

En la teología escolástica suele aclararse que los dones son infundidos en las “potencias del alma” indicando con ello las facultades superiores (entendimiento, voluntad, memoria) que reciben un hábito que les permite responder con mayor facilidad y secundar las mociones propias del Espíritu Santo o gracia actual. La facultad los recibe “pasivamente” pero ha de de actuarlos: es decir, no quitan la libertad ni la cohíben.

Los dones del Espíritu Santo son:

Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.

Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

Faltas contra el Espíritu Santo:

Desesperar de la misericordia de Dios.
Presunción de salvarse sin ningún mérito.
La impugnación de la verdad conocida.
La envidia de los bienes espirituales del prójimo.
La obstinación en el pecado.
La impenitencia final.

Fuente catholic.net

29 comentarios en “Los dones y los frutos del Espíritu Santo

  1. Frutos del Espíritu Santo

    Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

    CARIDAD, GOZO Y PAZ

    PACIENCIA Y MANSEDUMBRE

    BONDAD Y BENIGNIDAD

    LONGANIMIDAD O PERSEVERANCIA

    FE

    MODESTIA

    TEMPLANZA y CASTIDAD

    Que bueno que tengamos fortaleza de carácter, ¿A que viene esto?, tan simple como que la Etimología de la palabra “VIRTUD”, viene del latín “virtud”, y el sentido de la palabra es ese, con el cual queremos decir de la cualidad o característica que se considera buena o positiva, así decimos a veces de alguien, “la sinceridad es su mejor virtud”, o también sobre la capacidad o poder para producir un determinado efecto como en el caso de: “La raíz de esta planta tiene virtudes curativas”, un último ejemplo con una frase muy de cartel financiero “en virtud de algo como resultado de ello: En virtud de estos resultados, hay que afirmar que el proyecto no es rentable”.

    Pero como vamos a utilizar la palabra “frutos”, tomamos el ejemplo del árbol frutal y sus virtudes. Esto es, cuando los frutos de los árboles están maduros, su sabor ya es delicioso, no es ni amargo ni desabrido, sino dulce y agradable. Ahora por analogía, esto es por relación de semejanza o de parecido entre dos o más cosas distintas, podemos entender que, lo mismo que los frutos del árbol, los actos de las virtudes, cuando han llegado a su madurez, se hacen con agrado y su sabor es delicioso.

    Es así como los actos de virtud inspirados por el Espíritu Santo se llaman frutos del Espíritu Santo, y ciertas virtudes los producen con tal perfección y tal maravillosa suavidad, que le denominamos bienaventuranzas, porque hacen que Dios posea nuestra alma plenamente.

    Esto es maravilloso y aceptémoslo sin temor, porque resulta gratificante cuando Dios posee nuestra alma, pues más la santifica, entonces cuando más santa es, mayor resultara nuestra felicidad.

    Sin la orientación del Espíritu Santo, ninguna perfección alcanza la dulzura que de la madurez, pero orientados por el Espíritu Santo vamos por el camino que corresponde, con recogimiento practicando siempre el bien, sin abandonar el fervor y sin olvidar la alegría, luchando con ánimo, con gusto, esto es dignificar la guía del Espíritu Santo, quien actúa siempre con alegría en nosotros, así estaremos siempre de buenas gana, sin debilidad, sin reserva, en contra de los actos imperfectos, y dificultad para combatir las pasiones.

    La mejor forma para perfeccionarse es mediante la unión del cuerpo y alma de nuestro Señor Jesucristo en la comunión porque se une a nuestro cuerpo y alma, así estamos en disposición de recibir los frutos del Espíritu Santo.

    No debemos tener la menor duda, Jesucristo nos pone en su lugar los frutos de caridad, de gozo, de paz y de paciencia.

    CARIDAD, GOZO Y PAZ

    Frutos inseparables, caridad, gozo y paz, son privilegios que pertenecen de una manera especial al Espíritu Santo, la caridad, porque es el amor del Padre y del Hijo; el gozo, porque está presente al Padre y al Hijo y es como el complemento de su bienaventuranza; y la paz, porque es el lazo que une al Padre y al Hijo.

    En efecto, estos tres frutos están absolutamente unidos y se derivan naturalmente uno del otro, todo esto porque la caridad es el amor ferviente que nos da la posesión de Dios, el gozo nace de la posesión de Dios y la paz que hace estar al alma en la posesión de la alegría contra toda lo que es distinto, nos quita toda clase de turbación y de temor.

    A través de la caridad, encontramos donde esta el amor que nos trae el gozo fortalecido y la paz profunda, es desde allí donde podemos participar de la santidad de Dios, es decir participar de todo lo más importante, indudablemente la santidad y la felicidad que tienen una unión casi inseparables. Dios no se da ni se une más que a las almas santas, buen motivo para que en nosotros siempre haya auque sea un pequeño grado de santidad.

    Como decía Santa Teresa de Jesús:

    Nada te turbe,

    Nada te espante,

    Todo se pasa,

    Dios no se muda.

    La paciencia

    Todo lo alcanza;

    Quien a Dios tiene

    Nada le falta:

    Sólo Dios basta.

    La posesión de Dios nos respalda contra las turbaciones y temores, si no es así, viviremos con inquietudes y preocupados.

    “Quien posee a Dios no se inquieta por nada, porque Dios lo es todo para él, y todo lo demás no es nada” (Madre Teresa)

    PACIENCIA Y MANSEDUMBRE

    Otro de los frutos que mas esperamos, la paciencia, ese que nos da la capacidad para sufrir o soportar las penas y los infortunios sin perturbarnos, como cuando decimos “el lleva su enfermedad con mucha paciencia y nunca se queja de su mala suerte”, o bien esa capacidad para hacer trabajos minuciosos o pesados, “ para hacer ese bordado se requiere mucha paciencia” o bien por la calma y tranquilidad cuando se espera algo que se desea: “Ten paciencia y no te pongas nervioso, porque solo se está retrasando diez minutos”.

    La mansedumbre, eso que nos hace tener docilidad en la condición o en el trato, o bien la tranquilidad y serenidad, el actuar sin brusquedad, sin violencia.

    Esto frutos de paciencia y mansedumbre, son los que reciben la consecuencia de los frutos de la caridad, gozo y paz, es así como nos disponen al alma, a la paciencia, la mansedumbre y porque no a la moderación.

    Estos frutos del Espíritu Santo, nos ayudan a moderar las angustias, como la mansedumbre la impaciencia y el arrebato.

    Pero debemos admitir que son frutos que exigen un gran sacrificio, debemos tomar en cuenta que no es fácil reprimir la ira, el enojo o enfado porque no conseguimos algo con prontitud y no perder la calma.

    La paciencia siempre nos ayudara a ver con alegría todo aquello que puede causar tristeza.

    La mansedumbre nos hará no perder la tranquilidad

    Cuando el Espíritu Santo toma posesión de estos frutos, nos aleja de la tristeza, y nos produce una gratificante paz en el corazón.

    BONDAD Y BENIGNIDAD

    Trataremos de definir la bondad como se conoce en forma común, entonces decimos que es una persona la que tiene inclinación natural a hacer el bien, su bondad es muy grande y siempre está dispuesto a ayudar, un ejemplo “Es una persona con mucha dulzura, tiene trato suave y amable de carácter, me agrada estar con ella por su bondad y su dulzura”. Otra definición es la facultad de ser bueno o de parecerlo, “La bondad de este Padre hace que pasemos largas horas de conversación sin darnos cuenta de cómo pasa el tiempo”

    La benignidad, pareciera ser como algo externo que nos satisface, “El clima esta benigno, me trae calma”

    Estos dos frutos son muy hermosos, pues miran al bien del prójimo. En efecto, la bondad es un carácter personal que buscamos en los demás y que alabamos y agradecemos a quien lo tiene, especialmente de aquellos que tienen la gracia de ocuparse de su prójimo. En el caso de benignidad y lo que encierra, es siempre para lo que trae una dulce satisfacción, y en el caso de las relaciones con los demás, es la actitud de relacionarse con mucho gusto, con gran cordialidad, el recibir a las personas con alegría, pero todo esto como fruto del Espíritu Santo.

    LONGANIMIDAD O PERSEVERANCIA

    No es fácil a primeras entender la palabra longanimidad, por no ser usual en nuestro vocabulario, siempre sorprende a quien la escucha, pero cuando decimos perseverancia si entendemos que hay detrás de ella.

    En términos del sentido de la palabra es entereza o firmeza de ánimo ante las adversidades, continuando con los ejemplos de uso decimos: “Has sido muy fuerte para soportar esa desgracia con tanta longanimidad”.

    Cuando nos referimos a esto como frutos de Espíritu Santo, la longanimidad o perseverancia es aquel que impide el aburrimiento y la pena que provienen precisamente del deseo del bien que se espera, o de la lentitud y duración del bien que se hace, o del mal que se sufre y no de la grandeza de la cosa misma o de las demás circunstancias. La longanimidad hace, par ejemplo, que al final de un año consagrado a la virtud seamos más fervorosos que al principio.

    FE

    Cuando alguien me ha preguntado sobre esta palabra, en un sentido explicativo, no etimológico, digo F de fidelidad y E de eterna, esto es fidelidad eterna, en el cristianismo, virtud teologal que consiste en la adhesión a Jesucristo y a su mensaje, en otras es el conjunto de creencias y doctrinas de una persona o de un grupo, y digo en otras porque se utiliza hasta parta decir “el de joven abrazó la fe del….., tal cosa”. Otras formas de uso son como en la confianza que se tiene en algo o en las posibilidades de una persona: “Tengo fe en ti y sé que lo conseguirás”. O bien en la buena o mala fe, como buena o mala intención: “Lo hice con toda mi buena fe, pensando que te ayudaba”, “actuó de mala fe porque es un envidioso”.

    La fe como fruto del Espíritu Santo, es lo que nos hace aceptar con facilidad lo que hay que creer, también lo que nos da firmeza para afianzarnos en ello, mejor es la seguridad de la verdad que creemos sin tener dudas ni oscuridades.

    Para disfrutar del fruto de la Fe , debemos tener en la voluntad el deseo de entendimiento a creer, sin vacilar, lo que se propone. En esencia, la perfección de la fe, nos trae como consecuencia las verdades que nos hace creer.

    Como católicos cuando decimos que Nuestro Señor es a la vez Dios y Hombre, lo creemos sin vacilar, entonces lo amamos, no gratifica la comunión, nos agrada la visita y la adoración al santísimo, nos reconforta el prepararnos para recibirlo y descubrimos lo necesario que es llegar a la perfección de la fe, porque ganando en ella, amos siendo ganados por Dios.

    Ahora podemos entender la palabra fe, como fides, la fidelidad, y eterna, si somos constantes en mantenerla.

    MODESTIA

    Humildad o falta de vanidad, sencillez, falta de lujo o escasez de medios: “vivir con modestia”

    Esta es una de las virtudes mas conocidas, especialmente en las actitudes, en las palabras, en los gestos, en la forma de ser de cada uno.

    Como fruto del Espíritu Santo, estas virtudes se efectúan con gran naturalidad, con una notoria entrega al interior del alma, como sintiendo la permanente presencia de Dios, con actitud moderada, con gran paz interior. La modestia descubre en la presencia de Dios una gran luz que hace al alma verse delante de El, que al traspasarla, vemos con claridad como la tenemos, y así, vemos como es de necesaria la modestia en nuestro corazón.

    TEMPLANZA y CASTIDAD

    Templanza, es moderación o sobriedad, especialmente en los apetitos o en los sentimientos, y castidad es la ausencia de sensualidad: “La castidad de su mirada la hace parecer una niña angelical”, es la renuncia a todo placer sexual: “voto de castidad”, o la aceptación y respeto de los principios morales o religiosos en lo relacionado con la sexualidad: “Nadie puso nunca en duda la castidad de ese matrimonio”.

    Las virtudes de templanza y castidad son de los placeres del cuerpo, es la virtud para reprimir los no permitidos o los ilícitos y la de moderar los permitidos, es el que nos ayuda a frenar la gula, o las desfrenadas ansias de comer y de beber, esto es la virtud que nos impide los excesos y lo que regula el uso de los placeres de la carne, es así, como los frutos de templanza y castidad, apartan el alma del cuerpo, de tal manera que no se sienten las tentaciones y lo mantienen sumiso.

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  2. para los k no saben las citas y no keden con esas dudas, los verdaderos frutos registrados en la biblia se encuentran en GALATAS 5:22-26. CADA UNO TIENE DERECHO A BUSCAR LA VERDAD POR SI MISMOS. DIOS ES REAL, SOLO TENEMOS K BUSCARLO, DEJARLO ENTRAR EN NUESTROS CORAZONES Y ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS PARA SABER COMO HALLARLO.

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  3. A maru y muchos(a) otros (a) les aconsejo que escriban cosa coerentes niciquieras entienden lo que dice la biblia asì que si no van a escribir nd bn mejor no escriban nd ok.

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  4. Que pena, que pena, nos juzgan sin conocernos, gracias por el mensaje. Nuestra Iglesia católica es en verdad maravillosa. Esta gente nunca va a entender que nosostros no adoramos ídolos, adoramos a Nuestro Señor en Espíritu y en verdad, veneramos a María y a los Santos, sus vidas nos ayudan a conocer mas a Dios, son gente que han gastado su vida ayudando al necesitado, diga usted Señor Maru, quien de su religión se ha entregado y sufrido como el Santo padre Pio de Pietrelcina o la Madre Teresa de Calcuta, o el Padre odorico, que hace poco exhumaron en Nicaragua su cadáver y después de dieciseis años de estar enterrado estaba intacto, dígame si ha tenido en su religión el ejemplo de un Juan Pablo Segundo, Un San Francisco de Asis el evangelio viviente, una Santa Clara de Asis, no juzgue lo que no conoce. Idolo para mi es el orgullo, la sobervia, la vanidad, que la gente vive dándoles culto convirtiéndolos en verdaderos gigantes, ídolo para mi es el dinero con el se puede comprar conciencias, humillar, dañar., nosotros los católicos no le hacemos daño a nadie nos sentimos orgullosos y felices de ser católicos la Iglesia fundada por Cristo hace mas de 2000 años, dígame Señor Maru, la suya ¿cuantos años tiene, donde y quien la fundó?

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  5. bueno el conosimiento es algo sabio dado alas personas de buena voluntad para que compartan con las personas que queremos a prender sobre dios y sus dones como dice en la biblia aljun dia tenemos que rendir cuentas a el sobre el bien o el mal que se hicimos en la tierra bueno sigan adelante trabajando en el apredisaje de los dones de dios y compartan con los demas amen

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