Cualquier persona que no esté aún bautizada puede recibir el Bautismo. La única condición para el Bautismo es la fe, que debe ser confesada públicamente en la celebración del sacramento. [1246-1254]
Quien se vuelve al cristianismo cambia no sólo su concepción del mundo. Entra en un camino de aprendizaje (-> CATECUMENADO) en el que llega a ser, mediante la conversión pastoral, pero sobre todo por el don del Bautismo, un hombre nuevo. Ahora es un miembro vivo del Cuerpo de Cristo.