No te vayas¡¡¡, Mejor Persevera

“No desertemos de nuestras asambleas, no dejemos de asistir y congregarnos, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animémonos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el Día”. Hebreos 10,25

Las razones por las que dejamos de asistir a cualquier grupo son tan diversas como las personas. Muchas veces se trata simplemente de cambios en la situación geográfica (nos mudamos, nos cambiamos de zona, de país), cambios de estado personal (matrimonio, universidad, etc), o por enfermedad inclusive.  Lo cierto es que también es común, no pocas veces, que sean resultado de otras situaciones: por un lado la falta de perseverancia, cosa que es intransferible, es totalmente personal, y tiene que ver con ese no querer y no saber permanecer, con perder la emoción, con caer en rutina con tu grupo, porque ya no hay novedades que comentar, ni situaciones que te entretengan. Creo poder asegurar que hay una especie de virus inquieto en muchos que los hace dar un tour total entre mil comunidades e iglesias, pero sin definirse en ninguna por pura displicencia. Por otro lado, a esto se le puede unir sin problema, los lógicos conflictos que toda comunidad humana, que por más que se precie de cristiana, tiene y debe tener para superarse en lo espiritual. O sea, que muchos o… se van… o los corren… de las comunidades por no seguir el ritmo del tambor que se toca en ellas. Conflictos entre personas, entre laicos y sacerdotes, entre los de “X” movimiento y el “XX” movimiento, solo por nombrar algunos. Le agregamos un gran y efervescente ETC. porque se da y se seguirá dando.  La petición del escritor de esta carta es que no desertes, no dejes de asistir, que te hagas cuerpo, que te congregues… en el fondo el verbo final es que pertenezcas, eso va causar toda la diferencia, pues una cosa es no ir a donde otros quieren que vayas y otra cosa es no pertenecer. No son pocos los que me han escrito diciéndome que extrañas sus días de ir a X lugar, reunión o movimiento, mi consejo siempre ha sido, eso no va a volver como lo esperas, ni el grupo, ni tú son los mismos, lo que toca entonces es ver que ha puesto el Espíritu cerca de ti para que sigas perteneciendo a su Cuerpo, a la gran Asamblea que no lleva camiseta más de que la que dice hijos de Dios, sin divisiones. Esa sería tu tarea en caso de que hoy toque volver a ver a que grupo o espiritualidad te puedas unir sabiendo que al final perteneces al gran Cuerpo aunque lo tuyo sea estar en la mano. En nuestro camino de maduración no a todos les va igual, algunos comienzan con un grupo, una espiritualidad, una forma de conectarse con Dios y se pueden quedar ahí hasta el final, enriqueciéndose pero perteneciendo a algo particular como su sello de presentación. Otros por su personalidad se enriquecen de muchas espiritualidades y deciden con cual quedarse después de un tiempo. Alguna alguien se quejó de otra persona porque ya no estaba en el grupo, le pregunté si se había salido de la Iglesia, me dijeron que no, y les dije, pues entonces no hay de que alarmarse, se cambió de corral pero sigue en el rancho. La cosa es que sepas que sigues y perteneces, esa es la petición, en la Iglesia no hay Rambos, nadie puede dar la pelea solo.

fuente:http://tinvalro.macmate.me