Dos buenas formas de orar

Una forma de orar es realizar cristiana y santamente todas nuestras acciones, aun las más pequeñas, ofreciendolas a Nuestro Señor al comenzarlas, y elevando de vez en cuando nuestro corazón a Él, mientras las realizamos.

Porque practicar así nuestras obras es practicarlas con espíritu de oración, es estar siempre en un continuo ejercicio de oración, siguiendo el mandamiento de Nuestro Señor que quiere «que oremos siempre y sin interrupción» (Lc 18,1); es además un excelente y facilísimo modo de estar siempre en la presencia de Dios. Sigue leyendo